viernes, 26 de marzo de 2010
Los bancos se 'hinchan' a comprar deuda a Zapatero: "¿Quién va a financiar al Estado si no?"
"Claro que los bancos estamos comprando mucha deuda pública, ¿cómo se va a financiar el Estado si no?". Así de contundente se mostró ayer Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), ayer en la presentación de los resultados del sector. Unos resultados que incluyen un espectacular incremento del 41,7% en la cartera de renta fija que tienen los bancos en balance hasta 305.260 millones de euros (aunque no todo es deuda pública española).
Martín no hizo más que reconocer una evidencia: que las ingentes emisiones de deuda pública que el Tesoro realizó en 2009 -destinadas a financiar el descontrol del déficit público del Gobierno de Zapatero- fueron adquiridas principalmente por las entidades financieras españolas. De lo contrario, habría sido muy difícil colocar los más de 100.000 millones de euros emitidos por el Reino de España en 2009 (después de superar por dos veces las previsiones iniciales del Gobierno). Y más aún en un entorno de creciente desconfianza hacia las finanzas públicas españolas.
Pero resulta que ninguno de los grandes bancos (ni cajas) ha reconocido haber hecho grandes compras de deuda pública en la presentación de sus resultados de 2009. Es más, algunos han alardeado de sus bajas posiciones en bonos del Estado y del escaso peso de los mismos en su balance. Ahora, las palabras de Martín y, sobre todo, los datos oficiales de la AEB dejan la realidad al descubierto.
Y esa realidad es que todas las entidades -salvo muy pocas excepciones- se han lanzado alegremente a la práctica del carry trade, que consiste en tomar prestado dinero al 1% en el BCE (aprovechando la citada barra libre de liquidez) para invertirlo en deuda pública con una rentabilidad de entre el 3,3% y el 4% según el momento, con lo que las entidades ganan la diferencia. Se estima que el 50% del aumento del saldo vivo de la deuda del Estado en 2009 ha sido adquirido por bancos y cajas.
Una posible bomba de relojería
Lo cual supone un enorme riesgo para el sector: las entidades pueden sufrir grandes pérdidas en estas enormes carteras de deuda pública si vuelven a repetirse episodios como los de febrero, con fuertes caídas de la cotización de los bonos del Estado en el mercado. Algo que no es en absoluto descartable si no hay acuerdo sobre el rescate de Grecia, si empeora todavía más la percepción de los países periféricos, si las agencias de rating vuelven a bajar la calificación de España -como todo indica tras la rebaja de Portugal- o simplemente si continúa el deterioro de las cuentas públicas de nuestro país.
Y ni siquiera hace falta llegar a tanto: si empieza a haber expectativas de una subida de tipos por parte del BCE, algo bastante probable en el segundo semestre de 2010. Sólo eso provocará caídas de precios y las consiguientes pérdidas para los bancos. Con la enorme dificultad añadida de deshacerse en mercado de unas cantidades tan enormes de papel.