
Señoras y Señores gobernantes:
Como ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo, históricamente venimos sufriendo el resultado de vuestras malas gestiones y errores en la conducción política, principalmente por la generación, mantenimiento y prolongación de conflictos bélicos en todos los continentes.
Estamos literalmente hastiados de las mentiras, retórica y marketing político que empleáis en cada proceso electoral. Muchas veces nos sentimos manipulados, tratados como ignorantes, herederos forzosos de una explotación medieval, y vuestras actitudes acrecientan indefensión y peligro para nuestras vidas, a la vez que transforman el bienestar social, en privilegio de unos pocos. ¡Basta ya de hipocresías!
Las guerras incrementan el malestar de los ciclos económicos, y pretenden ser justificadas con ventajas existenciales totalmente inaceptables. Quienes comercializan con las guerras no tienen escaparates en la calle, pero actúan “asociados”, con la connivencia de los propios Estados.
Por ello formulamos la aplicación de las siguientes medidas:
Primera: Recordamos que Las guerras son evitables, y que si no sabéis gestionar sin ellas, dejar paso a otros que prometan y cumplan este primer objetivo de convivencia social
Segunda: Proponemos la creación de un Ministerio para la Paz, imprescindible para hacer planes de futuro que tiendan a lograr esos objetivos en el más corto tiempo posible.
Tercera: Eduquemos para la paz, e informemos sobre las causas que generan esos conflictos y el modo de resolverlos por otras vías, promoviendo los principios básicos que dieron fundamento a la creación de las Naciones Unidas en 1945, para evitar precisamente el continuo flagelo de las guerras
Cuarta: Difundamos en colegios y universidades resúmenes del libro “El imperio de la vergüenza” (1) donde se hace referencia a la Pirámide invertida existente en la entrada del edificio de la ONU en Nueva York (p.47), que de manera sintética incluimos en el Anexo a esta Carta Abierta, conjuntamente con una reproducción del Guernika de Picasso. Se trata de una serie de medidas que podrían realizarse, tan sólo con la tercera parte de lo que habitualmente se gasta militarmente para mantener las guerras en todo el mundo.(2)
Esperamos que vuestras conciencias os hagan reflexionar, o de lo contrario el juicio de la historia os hará responsables por el mantenimiento y fomento de guerras totalmente innecesarias, y justificadas por grupos de poder que ven en la fuerza el modo de resolver los conflictos, con un sentimiento mercantilista de la existencia, y a quienes no les interesa lograr un orden social más justo.
Para concluir deseamos compartir una cita de Irene Khan (3): “Sesenta años después, y a pesar de los avances, la injusticia, la desigualdad y la impunidad siguen siendo los rasgos distintivos de nuestro mundo, y los Gobiernos arrastran un triste legado de traición a estos principios. Muchos de ellos han mostrado más habilidad en ejercer el abuso de poder que en respetar los derechos de las personas a quienes gobiernan. Tras seis decenios de promesas incumplidas, los derechos humanos están en riesgo”.
Esperamos también que tengáis el sosiego y la fortaleza de incorporar como propias estas peticiones, que formulamos de manera irrevocable millones de habitantes de todo el mundo, y que os pediremos rendiciones de cuenta periódica, con las consecuencias jurídicas y sociales a que tengamos derecho.
Como ciudadanas y ciudadanos de todo el mundo, históricamente venimos sufriendo el resultado de vuestras malas gestiones y errores en la conducción política, principalmente por la generación, mantenimiento y prolongación de conflictos bélicos en todos los continentes.
Estamos literalmente hastiados de las mentiras, retórica y marketing político que empleáis en cada proceso electoral. Muchas veces nos sentimos manipulados, tratados como ignorantes, herederos forzosos de una explotación medieval, y vuestras actitudes acrecientan indefensión y peligro para nuestras vidas, a la vez que transforman el bienestar social, en privilegio de unos pocos. ¡Basta ya de hipocresías!
Las guerras incrementan el malestar de los ciclos económicos, y pretenden ser justificadas con ventajas existenciales totalmente inaceptables. Quienes comercializan con las guerras no tienen escaparates en la calle, pero actúan “asociados”, con la connivencia de los propios Estados.
Por ello formulamos la aplicación de las siguientes medidas:
Primera: Recordamos que Las guerras son evitables, y que si no sabéis gestionar sin ellas, dejar paso a otros que prometan y cumplan este primer objetivo de convivencia social
Segunda: Proponemos la creación de un Ministerio para la Paz, imprescindible para hacer planes de futuro que tiendan a lograr esos objetivos en el más corto tiempo posible.
Tercera: Eduquemos para la paz, e informemos sobre las causas que generan esos conflictos y el modo de resolverlos por otras vías, promoviendo los principios básicos que dieron fundamento a la creación de las Naciones Unidas en 1945, para evitar precisamente el continuo flagelo de las guerras
Cuarta: Difundamos en colegios y universidades resúmenes del libro “El imperio de la vergüenza” (1) donde se hace referencia a la Pirámide invertida existente en la entrada del edificio de la ONU en Nueva York (p.47), que de manera sintética incluimos en el Anexo a esta Carta Abierta, conjuntamente con una reproducción del Guernika de Picasso. Se trata de una serie de medidas que podrían realizarse, tan sólo con la tercera parte de lo que habitualmente se gasta militarmente para mantener las guerras en todo el mundo.(2)
Esperamos que vuestras conciencias os hagan reflexionar, o de lo contrario el juicio de la historia os hará responsables por el mantenimiento y fomento de guerras totalmente innecesarias, y justificadas por grupos de poder que ven en la fuerza el modo de resolver los conflictos, con un sentimiento mercantilista de la existencia, y a quienes no les interesa lograr un orden social más justo.
Para concluir deseamos compartir una cita de Irene Khan (3): “Sesenta años después, y a pesar de los avances, la injusticia, la desigualdad y la impunidad siguen siendo los rasgos distintivos de nuestro mundo, y los Gobiernos arrastran un triste legado de traición a estos principios. Muchos de ellos han mostrado más habilidad en ejercer el abuso de poder que en respetar los derechos de las personas a quienes gobiernan. Tras seis decenios de promesas incumplidas, los derechos humanos están en riesgo”.
Esperamos también que tengáis el sosiego y la fortaleza de incorporar como propias estas peticiones, que formulamos de manera irrevocable millones de habitantes de todo el mundo, y que os pediremos rendiciones de cuenta periódica, con las consecuencias jurídicas y sociales a que tengamos derecho.
(1) “El Imperio de la Vergüenza” Jean Ziegler. Profesor de Sociología en la Universidad de Ginebra y en la Universidad de la Sorbona en París. Diputado federal del Parlamento suizo y actualmente Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación
(2) Las cifras corresponden a los gastos militares anuales en todo el mundo, durante el año 2000
(3)Irene Khan. Secretaria General de Amnistía Internacional. Comentarios con motivo del 60º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humano (Paris, 10 de Diciembre de 1948)
Norberto Calabró