Todo se produjo en un Martín Carpena blindado por la seguridad. Nunca antes se había visto en Málaga un despliegue de seguridad tan amplio para un partido de baloncesto. A la habitual en los partidos del Unicaja se añadieron unos 80 agentes procedentes de Madrid y pertenecientes al Servicio Estatal de Escolta, un cuerpo dedicado a la vigilancia de reyes y presidentes extranjeros en territorio español. Además, una veintena de agentes del Mossad, la agencia de inteligencia israelí que opera fuera del Estado hebreo, unos setenta agentes antidisturbios, varios policías de paisano y un helicóptero de la Policía Nacional que vigiló desde el aire las inmediaciones del Carpena.…un grupo de unas cincuenta personas ataviadas con el pañuelo marchaban en grupo desde el centro comercial próximo al pabellón. Querían ver el partido y, de paso, manifestar su malestar por el comportamiento de Israel en la Franja de Gaza, pero se encontraron con un problema. Un cordón policial les esperaba a pocos metros del Carpena.