Quizás el gran problema de esta sociedad es que intenta o dice intentar comprender y entender a los demás, cuando ni siquiera parte de la base de comprender y entenderse a sí misma. Clasificamos porque no queremos que nos clasifiquen. Imprimimos, miedo, rechazo y temores, porque somos recelosos y miedos. Es más fácil "compadecerse", excluir y rechazar que conocerse y reaprenderse a uno mismo.
Os recomiendo como motivo de reflexión, la lectura, visualización y seguimiento de la siguiente entrada en el blog Miguel Autismo y lenguaje. Una visión positiva, que con la sencillez y la maestría a que Inma Cardona nos tiene acostumbrados, nos arrastra al mundo de la normalidad, más allá de la reivindicada visión de las personas con autismo, porque la normalidad es y ha de ser la tónica general que supone cualquier vida.
Quizás no necesitamos hacer esfuerzos por comprender ni a las personas con autismo ni con ningún otro tipo de diversidad funcional, si previamente hacemos un esfuerzo por conocernos, comprendernos y reeducarnos a nosotros mismos.